No sólo vamos a montar si no que pasaremos gran parte del día con ellos. Nos informamos (bueno mi chica más bien jeje) bastante antes de venir aquí. Parece ser que hay algunas compañías que tienen un pelín explotados a los elefantes. No queríamos ser partícipes del maltrato animal, y tras buscar mucho nos decidimos por patara. Parece ser que cuidan bastante a los animales. Por ejemplo cuando montas sobre ellos sólo llevas una cuerda para sujetarte, otras llevan una banqueta de madera para dos plazas sobre los hombros del elefante. Paso a relatar como fue el día. Nos pasaron a recoger super pronto por el hotel (tanto que no estaba abierto el buffet del desayuno aún, pero nos dejaron algo preparado). Como curiosidad vinieron en una vw transporter gris t4 con acabado de lujo, tenía butacones de lujo con “cuero” blanco. Luego pasamos a buscar a 2 mujeres (madre e hija, embarazada!!. Estaban tb con el padre y el hermano, que se habían ido a montar en bici, que cagada desde mi punto de vista), que eran de israel. En unos 40 minutos por esas segurísimas carreteras tailandesas llegamos a Patara. Nada más coger el desvío vimos a un tipo sobre un elefante por la carretera igual que si fuera montando a caballo, que impresión!! Llegamos a la entrada del sitio, y ahí esperamos a que viniesen los otros visitantes que faltaban. Mientras estábamos con una elefante y su cachorro de una semana y 90 kilos!!! super juguetón, una monada y muy cariñoso. La verdad es que los animales impresionan un montón, pero los cuidadores estaban encima nuestra para que viésemos que eran super mansos y les perdiésemos el miedo. Estuvimos un rato con ellos y cuando vinieron los otros turistas (otra pareja de usa y un chaval que viajaba solo que vivía en L.A. y quería ser actor) nos montamos de nuevo en la furgo y fuimos a otra zona donde estaban todos los elefantes con los que íbamos a interactuar el resto del día.

Nos dieron un peto a cada uno para que fuésemos vestidos iguales que sus cuidadores, así los elefantes confiarían más en nosotros. Nos contaron también cosas de los elefantes, su dieta, cuanto viven, etc. Es un animal casi para los Tailandeses. Existen dos clases de elefantes, el africano y el asiático. El africano es un poco más grande, y si diferencia por que tiene las orejas mucho más grandes (supongo que para refrescarse mejor) y la trompa con dos orificios. Nos pasamos luego un buen rato alimentando a los elefantes. Primero bambú y luego plátanos. Madre mía lo que comen estos bichos… Nos enseñaron unas palabras básicas para interactuar con ellos. Para decirles que abriesen las boca, para felicitarles vamos como si fuesen perritos jejeje. Luego les dimos un baño con la manguera, la verdad es que nos pasamos casi todo el día cuidando a los bichos estos, no se podrán quejar los elefantes.

Después paramos a comer un rato a media mañana. Comida estilo tailandesa pero bastante rica. De paso hablamos un rato con los otros, gente muy maja. Creo que todos estábamos disfrutando bastante del día. Después de comer vino la parte más emocionante, un paseo a lomos del elefante. Podías ir tu sólo en el bicho pero nosotros íbamos dos en uno (entonces era un elefante más grande). Hay tres maneras posibles de montar en el elefante. Primero tu le das la orden que le indica como te vas a subir, y luego se mueve en consecuencia. Se puede acostar totalmente, puede colocar la trompa para que tu subas por ella o bien puede flexionar la pata delantera para que te apoyes en su talón y subas. Todas las formas requieren que tires fuertemente de sus orejas, las cuales afortunadamente no sufren. No todos los elefantes dejan que te subas a ellos de las tres formas. Son animales algo salvajes y nunca están domesticados del todo, hay que tener cuidado aunque en general los que vimos allí me parecieron bastante nobles, y las crías muy divertidas.

Nos montamos y dimos un paseo corto hasta un pequeño estanque, a través de la selva y cruzando una carretera. Impresiona ir subido a 2 metros y pico del suelo, avanzando lentamente pero sin mucho control (vamos a pelo sobre el animal). El que va delante le guía tirando de las orejas, y el que va detrás se puede agarrar a la cuerda que le rodea el pecho. No es muy seguro, se mueve mucho y además había buenas cuestas. Durante el paseo el cuidador “personal” de cada elefante no andaba lejos nuestras. También nos acompañaron algunas crías, que “correteaban” jugando a nuestro alrededor, y derribaban árboles por diversión, que bichos madre. Llegamos al estanque y otra razón de cuidados para los bichos, le dimos un pequeño baño para quitarles todo el polvo que cogían. Luego vinieron unas cuantas bromas con lo de que cogen agua con la trompa y te empapan, muy divertido la verdad. Me gustaron mucho estos animales. Después ya nos despedimos y nos acercaron al “cuartel general”, donde nos pudimos cambiar (nosotros hasta nos duchamos) y nos dieron un dvd con las fotos. Muy recomendable la experiencia la verdad.

Y bueno, eso es todo, os dejo con un vídeo de Tailandia, un país muy alucinante, ¡¡hasta la próxima!!