Todo comienza a las 4:25 de la mañana cuando nos levantamos (3:25 hora española…), pues pasan a recogernos a las 4:45. Aunque sólo somos dos nos recogen en una de esas furgonas enormes que utilizan habitualmente los servicios turísticos en Turquía. Nos dejan en un hotel donde hay muchas otras personas que irán a hacer también la actividad. Desayunamos un poco y después en otra de furgo nos vamos esta vez ya junto con el resto de gente que vamos a hacer la actividad a las afueras de Goreme (ciudad donde estábamos alojados). En pocos minutos llegamos a una explanada donde están preparando los globos. Apenas hay luz todavía y aún estamos medio dormidos pero con la ruidera de los ventiladores y con la emoción de ver algunos globos ya levantándose nos terminamos de despertar. A pesar de ser verano en Turquía es tan pronto que hace frío. Poco a poco se va llenando nuestro globo de aire, y finalmente se pone en pie. Mientras se termina de llenar recibimos unas breves instrucciones del guía, que ojo al dato habla al menos que pudiésemos comprobar: turco, inglés, español y japonés. Alucinante lo de esta gente con los idiomas, hay que espabilar en España que estos nos roban la merienda. En total somos 11, está bien porque es una canasta (basket) pequeña. Con absoluta suavidad y seguridad nos despegamos del suelo y vamos ganando altura. No hay ningún ruido salvo cuando de vez en cuando el piloto da un poco de gas. Se nos abre ante nosotros el paisaje espectacular de la capadocia impregnado de multitud de globos, algunos ya en el aire como nosotros, muchos otros aún en tierra preparándose para despegar.

El piloto nos indica que el viaje durará algo más de una hora y que no es seguro donde vamos a aterrizar, puesto que dependerá del viento. Me quedé bastante sorprendido de como manejaba el globo, no sólo con el gas si no con varias cuerdas que parecía que “moldeaban” el globo. Sería interesantes saber cómo se maneja realmente un trasto de estos. Primero nos elevamos bastante, pudiendo disfrutar de buenas panorámicas de la región (el castillo de Uchisar, las famosas chimeneas, etc). Se veían muchos globos lo cual hacía el conjunto más impactante aún. En consonancia con la cantidad de turistas japoneses que plagaban literalmente la capadocia (en nuestro hotel por ejemplo más de la mitad), había además muchos globos con texto en japonés. Subimos por una ladera hasta ver el sol amaneciendo en el horizonte, muy espectacular. Continuamos relativamente cerca del suelo y sobrevolamos el museo al aire libre de Goreme: una antigua ciudad escavada en el interior de las montañas, con casas, mezquitas, molinos, cementerio… Parece increíble pero estuvo habitada hasta mediados del siglo XX, cuando el gobierno les obligó a abandonarla debido al peligro de derrumbamiento.

Abandonamos el valle subiendo de nuevo por una ladera para terminar viendo el sol ya más levantado pero igual de impresionante. Estos momentos sin duda han sido lo más espectacular de todo el viaje a Turquía.

Después tenemos un aterrizaje “suave”, y brindamos con champán como es tradición desde el primer vuelo en globo realizado por los hermanos Montgolfier.

Os dejo en manos de John Barry poniendo la música ideal para un momento tan especial,

¡¡Hasta pronto!!