Todo empieza con un pregón en el bulevar. Allí hay unas cuantas “carrozas”, algunas con motivos navales o más bien piratas (bukaneros, jeje). Después del pregón las carrozas avanzan por Arroyo el Olivar hasta Payaso Fofo, y la gente les sigue. Todos van equipados con cubos, barreños, pistolas de agua, lo que sea que sirva para arrojar agua a otras personas. Desde los balcones, terrazas y ventanas los vecinos participan de la fiestas arrojando cubos de agua o regando con mangueras a la gente de la calle. Tienen que tener cuidado por que muchos de ellos llevan globos de agua y más de uno impactó dentro de algún salón. A pesar de alguna travesura como esta en general el ambiente es muy sano y se respira el buen rollo. Se avanza lentamente rodeados de la multitud, mojándose unos a otros, pidiendo con los cubos en alto a algún vecino que nos de “¡Agua!¡Agua por favor!”. En payaso fofó la comitiva se detiene pero la fiesta contiúa.

Hay varios camiones cisterna que riegan al personal, que no para de divertirse y de conseguir agua donde sea. En este punto hay tanta agua en la calle que las alcantarillas no dan abasto para absorberla, y en la calzada cerca de la acera se forma un riachuelo de agua (“potable rezan los camiones cisterna…”), en el que muchos aprovechan para recargar sus “armas”. En la explanada al lado de la pista de basket en frente del jimmy jazz se instala una carpa bakala y unos tipos venden bebidas, que no es mal negocio por que todos los bares de la zona están cerrados. El parque se llena hasta la bandera de la gente que busca algo de descanso, aunque entre ellos algunos quedan con gamas de mojar al personal.

Básicamente la batalla naval termina aquí, sobre las 8 de la tarde. Pero las fiestas del carmen continúan, luego hay conciertos (este año tocaba un grupo formado por un ex ska-p), a las 12 fuegos artificiales y a las 4 de la mañana sigue habiendo fiesta en el parque de Payaso Fofó.

Hale chavales, espero que os haya gustado y que el próximo año os animéis, hasta la próxima!!